Se le ve de lunes a sábado en Lomas de Toncontín, vendiendo periódicos de puerta en puerta, una práctica muy conocida en este como en muchos otros países del mundo. Los vecinos ya saben cuando se aproxima ‘Banny’, delatándose por su mañanero “periódico, periódico”, palabras que deja fluir con su potente voz.
Ella es Banny Carolina Valeriano Díaz, una espigada jovencita de 19 años, de cabello negro y diligente caminar, quien nació el 21 de julio en Tegucigalpa, Honduras. Es la mayor de tres hermanos: Gabriel Feliciano (14) y Rosa María (11); su padre falleció hace casi una década, por lo que su madre Juana Antonia, tuvo desde entonces que lidiar con el sostén del hogar durante todo este tiempo, nos comenta.
Un día de tantos, viendo a su hermano vender periódicos y tomando en cuenta la situación precaria que se vive al interior de su hogar, Banny decidió cubrir el turno de Gabriel y fue así “de broma en broma” como se enlistó a venderlos todos los días, (exceptuando los domingos) hasta lograr que la empresa le asignara un punto de venta.
EC: ¿Por qué elegiste la ruta al sur por el aeropuerto Toncontín, siendo que vivís por la salida al norte de Tegucigalpa?
BC: porque me gustó la zona, es bien tranquila, mi hermano también vende acá; además ya tengo mi clientela y aunque vivo en el Carrizal, eso no me dificulta para trasladarme todos los días desde allá.
Al mismo tiempo, confiesa que en ningún momento le dio temor que le gritaran “canillita”, pues asegura que la vergüenza es sólo para aquellos que no quieren triunfar en la vida o para los que roban sin pudor ni respeto.
EC: ¿Cuántos periódicos vendes al día? BC: en lomas vendo 40 y en el cruce del anillo periférico 60; 100 diarios en total de lunes a sábado.
Su comisión diaria, (que no supera los 200 lempiras, es decir poco menos de 10 dólares) lo considera “un piropo” tomando en cuenta la situación actual del país, pero con ese dinero nos cuenta que se auto sostiene en el colegio Jesús Aguilar Paz, al que asiste en la jornada nocturna cursando hasta ahora el segundo año de secundaria; agrega que de igual forma comparte su ‘raquítica’ ganancia en los menesteres del hogar.
Durante nuestra plática, Banny nos confesó que también ha sido víctima de la crisis política que vivimos los hondureños: “me dicen golpista porque vendo este diario, pero a mi me vale usted si yo se que nada tengo que ver en ese asunto”; lo que quizá le motive a seguir en la actividad sin temor alguno a ser agredida.
Manifestó que pese a todo, practica el ahorro y su meta a mediano plazo es egresar del Aguilar Paz como Perito Mercantil y Contador Público, lo que le permita trabajar a futuro en otra labor, por el bien propio y el de los suyos.
Es aficionada al futbol y lo practica los fines de semana o cuando tiene clase de educación física; su equipo local es el Olimpia, del cual nos ilustra que en los años 2004 a 2005 le llevó a pertenecer a la barra Ultra Fiel “cuando todavía eramos todos amigos y no habían tantos disturbios como se ven ahora dentro de los estadios”.
Su jornada rutinaria como “canillita” concluye a las 10 de la mañana; no obstante Banny nos explica que en el resto del día busca qué hacer: “después que termino de vender los periódicos, me voy al mercado Perisur; le ayudo a una muchacha a atender el puesto de verduras, ahí almuerzo. A las 4 de la tarde salgo para mi casa a alistarme para ir al colegio; a las 10 de la noche llego a hacer tareas y después a descansar; al día siguiente madrugo y continuo haciendo esto todos los días”.
Le preguntamos si votará en las próximas elecciones ya que éste sería su primer sufragio; nos responde con un rotundo NO, dejándonos ver su descontento y aduciendo que los políticos con sus campañas “se enriquecen más y al pobre lo ven como cero a la izquierda”; el proceso en sí no le llama su atención en lo absoluto por las repetitivas mentiras y la falta de propuestas creíbles para el pueblo.
Pero a Dios gracias, esto no le merma capacidades ni la hace menos ante los demás; se considera una chica luchadora, hábil en el negocio y que busca siempre asociarse con todas las personas; “no tengo mal carácter, trato de ser simpática y amistosa...” expresa sonriendo.
Al finalizar, su mensaje para todas las muchachas de su edad ,con conflictos financieros pero con grandes aspiraciones, radica en lo siguiente: “antes de pensar en tener novio, marido o hijos, trabajen; hay que superarse en la vida dejando atrás la vergüenza; eso no nos debe limitar para salir adelante”.
De esa manera, transcurre la vida de Banny Valeriano Díaz, una “canillita” que como pocas en nuestra Honduras, prefieren buscar un trabajo honrado que someterse a la ociosidad, la prostitución, inmiscuirse en el mundo de las drogas, maras o el alcohol; por el contrario, su visión es clara, sus metas también.
“Únete a los que se exponen y no temen ser vulnerables; éstos miran lo que hace su prójimo, no para juzgarlo, sino para admirarlo por su valentía y dedicación” (inédito).