"El fracaso no es fracaso, a menos que no aprenda nada de él": Dr. Ronald Niednagel

Por: Jessica Calderón

El tener dos hijos pequeños ha sido una escuela para mí, he aprendido lecciones valiosas que no enseñan en el colegio o en la universidad. Recuerdo cuando comenzaron a caminar, daban un par de pasos y se caían. Caminaban de lo más chistoso, pero eso no los detenía, seguían adelante, hasta que finalmente aprendieron a caminar bien.

Cuando aprendieron a hablar fue igual, con unas palabras medio extrañas y más señas que otra cosa, expresaban lo que querían decir. Ahora mi hijo pequeño está aprendiendo a comer solo, ya se pueden imaginar el reguero de comida. Y mi hijo grande está aprendiendo a hablar inglés, me encanta que el pronuncia como puede y arma las oraciones con las palabras que sabe y no se detiene.

Me pregunto, en que etapa de nuestra vida olvidamos que para aprender hay que exponerse a fracasar. Y lo que es peor, para tener éxito, hay que comenzar por aprender, pero si ni siquiera nos atrevemos a empezar por el miedo al fracaso, mucho menos podemos esperar tener éxito.

Hasta el momento no he conocido a alguien tan cruel como para que se ría de un bebe que está en proceso de aprendizaje, pero si somos muy crueles con nosotros mismos cuando de fracasar se trata. Nos recriminamos, nos atacamos y nos negamos a volver a intentarlo de nuevo.

¿De cuantas cosas nos estamos perdiendo por el miedo a fracasar? Te animo a que comiences a ver el fracaso como parte de la experiencia de aprendizaje. La próxima vez que las cosas no salgan como las planeaste, no seas tan duro contigo mismo, y comienza a analizar las causas del fracaso y cómo hacerlo mejor la próxima vez. Ese es el proceso natural de aprendizaje, a prueba y error.

Y si tu miedo es a hacer el ridículo, te puedo asegurar dos cosas, primero que muchos querrán tener el valor de hacer lo que has hecho, aunque te hayas equivocado; y segundo, tus mejores amigos siempre te querrán son importar lo mal que te haya ido, o como decía un maestro, no hay nada como el amor de una madre (tu mami siempre te querrá).

Así que comienza a fracasar y comienza a vivir…

Fermín Galeano, un actor cinco estrellas con anhelos de triunfar

Por: Zuha Kafati, periodista

Lo encontré a finales del 2009 en uno de los populares cafés de la ciudad; llegó en atuendo deportivo y muy contento, hablándonos de sus nuevos proyectos y de su vida en particular.

Me refiero a Fermín Galeano Gaekel, conocido entre sus amigos como “Fer”, joven promesa hondureña, quien en busca de realizar su sueño actoral dejó hace más de una década su patria para buscar mejores derroteros.

A sus 34 años de edad, brilla con luz propia en la gran manzana, donde su reto una vez que recién egresó de la escuela de Actuación y Televisión de Nueva York (The New York Conservatory for Dramatic Arts) es ganar simpatía en cada papel que represente fuera, para estabilizarse en un futuro próximo en la meca del cine.

De su carrera

“Fer” nació en Tegucigalpa, el 7 de noviembre de 1975. En su natal Honduras su trabajo quedó plasmado en series de entretenimiento nocturno “Urbanika”, en el primer reality show hondureño “La Reliquia”, obras de teatro (Amor, Sexo e Impuesto Sobre la Renta; Sexo Vencido; Gente) en facetas de apoyo y dirección. Así como en calidad técnica, animador de radio, entre otros.

Desde los 6 años de edad, confesó haber participado en la colonial Comayagua en bailes, procesiones, posadas y cualquier acto público que le motivara a dejar huella, todo ello gracias a la intervención de su abuela Tonita Gaekel que con amor, comenta, le instruyó en estos menesteres.

No obstante, su primera vez en televisión vendría años después en el programa de TV local “Paquetes de Navidad” donde interpretó el tema de “la mochila azul”. Sin embargo sus proyectos recientes estriban en cortometrajes (Red Light Green, Fairlawn, Elm and the after math), y otros como el film de corte cubano bajo la conducción de Roberto Pietri (por roda en Febrero 2010) y el largometraje a estrenarse en mayo 2010 (Sensory Perception).

A viva voz, Fermín nos confió que fueron sus vivencias personales en Islandia (1995) las que le ayudaron a tomar en serio su papel en la vida (dormir en una estación de trenes, tocar guitarra en los parques, trabajar en bares…), y su fuente inspiradora: la lectura minuciosa de “El alquimista”.

“Cuando leí el Alquimista supe inmediatamente que debía luchar por mi sueño de estudiar en el conservatorio de Arte Dramático de Nueva York; así que hice hasta lo imposible por concretarlo y desde entonces quiero ser el mejor”, expresa Galeano en tono positivo.

Confesiones

Durante nuestra plática de casi una hora, Fermín también nos compartió que uno de sus primeros obstáculos fue el idioma, el que con el paso del tiempo lo fue perfeccionando hasta lograr mantener la pronunciación ajustada a su nivel de aprendizaje. Una de sus técnicas “que nunca falla” es según él: aprender del entorno, los gestos o ademanes de la gente y cómo las cosas más simples de la vida nos convierten en pequeños actores sin darnos cuenta.

“Leo 10 o 15 veces el guión de pies a cabeza, analizo los detalles, mi intención en la escena, el porqué estoy ahí”…

El jovial artista esta consciente que para triunfar en la vida debemos tener los pies puestos en tierra ya que todo conlleva una serie de procesos; y afirma que los objetivos se logran con la búsqueda permanente de nuestros sueños. “Sigan su corazón, crean en eso que imaginen”, se despide.

Personal

Nombre: Fermín Galeano Gaekel

Estado Civil: Soltero

Color de Ojos: Verdes

Hobbies: escribir, jugar fútbol o guitar hero, ir al gym o de karaoke

Tatuajes: uno (en su muñeca derecha)

Amigos: José Santos Reyes alias “Tano”, Herberth Galeano (su hermano), su padre Fermín y su tía Ana.

Su pasión: la actuación

Idiomas: Español, Ingles, Islandés, italiano.

En 5 años: se ve con el 60% de metas cumplidas, un film protagónico, casado, en NY o L.A.

Sitio Web: http://www.fermingaleano.com

Email: contact@fermingaleano.com