jueves, 26 de febrero de 2009

EL BALLET NACIONAL GARÍFUNA DE HONDURAS, “Más que una representación en escena: símbolo de identidad nacional”


Elementos como la coreografía, el canto, la música, los colores chillantes, uso de máscaras, el vestuario, la danza, gestos y ademanes, acoplan en escena el folklorismo de una nación: el todo de una cultura, su esencia e identidad nacional, donde el mensaje central es narrar una historia que trasciende y se fortalece con el paso del tiempo.

Todas esas características definen en escena al Ballet Nacional Garífuna de Honduras, que abre sus puertas a todas aquellas personas que deseen presenciar expresiones artísticas que mantienen activas las raíces de dicha comunidad. Es de esa manera como el folklore nacional es una de las manifestaciones más vigentes y reforzadas en el territorio nacional.

Con más de 40 años de labor artística en la difusión de danzas y música en diversas audiencias y habiendo participado en desfiles culturales a nivel de Europa, Norte Centro y Sur América y El Caribe, el Ballet Nacional Garífuna representa orgullosamente la tierra catracha y lo sigue haciendo estoica y persistentemente en diferentes congresos de La Negritud. Dicho trabajo, les ha hecho merecedores de múltiples reconocimientos sobre todo del gobierno de Honduras al nombrarles "Embajadores de la Cultura".

En ese sentido, el fundador del ballet, Armando Crisanto Meléndez, expresó a Revista Entérate que están promoviendo dentro de las esferas curriculares educativas del país, incluir la asignatura sobre el orígen étnico de las comunidades garífunas, no sólo para que el hondureño conozca sobre sus raíces sino también para fortalecer su identidad nacional.

Crisanto Meléndez, nos compartió asimismo que nació en una comunidad de La Ceiba Atlántida, al norte de Honduras; es coreógrafo, maestro de danza y actual miembro del Consejo de la Negritud a nivel de América. Nos reveló que vive muy cerca de su madre, bastión fundamental en su carrera artística; y que de sus tres hijos sólo uno le acompaña actualmente en sus presentaciones.

Nos referimos a Ashanti Crisanto, primera bailarina del Ballet y Directora del departamento de Promoción del Centro de la Cultura Garinagu, quien en breve plática nos comentó con gallardía sentirse digna representante de la cultura hondureña, "porque para conocer Honduras debes tener una lengua viva, tradición, costumbres y pertenecer al menos a una etnia", puntualizó.


Ella, quien se definió devota de la cultura asiática y del budismo, confesó que su tiempo libre lo aprovecha tanto para incursionar en otras facetas como el teatro o realizar actividades rutinarias: estudiar Sociología, montar a caballo y coordinar algunas funciones del Ballet Garífuna.


Bailes


La danza que el Ballet Garífuna plantea sobre el escenario tiene para ellos una serie de significados: la fertilidad de la mujer, temas como la guerra, el amor y la paz, nos afirma Crisanto Meléndez. "Nosotros plasmamos sobre el escenario la historia y el proceso de nuestro pueblo porque la cultura no es estática, se expande con las nuevas tecnologías, pero sin perder la raíz", afirma.


Del vestuario


Narra el señor Crisanto que"fue el Pueblo Negro que vino de Asia el que trajo el color y el ritmo a América, donde los tonos chillantes tienen un simbolismo en cuanto a esto".


Existen cuatro vestimentas que les caracterizan: las máscaras; el guarine: la deidad de la fertilidad donde el hombre se viste con hojas de la naturaleza y lleva consigo herramientas de la agricultura; y, el coro patía donde los hombres rivalizan a la mujer con antifaces de cartón vistiéndose con sus ropajes.


La vestimenta del Ballet se diseña en función de los movimientos corporales, con tonalidades "de alegría" que son el espejo de su cultura africana.


Los instrumentos


Unos son fabricados por artesanía utilitaria del grupo garífuna y otros con elementos de la naturaleza como la caparazón del caracol o de la tortuga. Los ritmos van enlazados con los tambores, el palmoteo instrumentos de percusión directa e indirecta y los cantos.


La ofrenda a los ancestros o palmiso, el máscaro y la punda que viene siendo lo mismo que la popularísima "punta", son parte de los bailes que expresan, donde cada uno tiene un comienzo y final, acentúa el señor Meléndez.

El Ballet Nacional Garífuna ha participado en cientos de festivales internacionales, lo que sin duda les ha merecido compartir escenario con artistas de talla como la ya desaparecida Celia Cruz, Rubén Blades, Tito Puente, Mercedes Sosa, Oscar de León, entre otros. Asimismo, con los mejores bailarines, coreógrafos y maestros de fama.


Sus integrantes son reconocidos por su género del folklorismo, en festivales como el de los Pirineos, el Anual de Arte en el Lincoln Center de Nueva York, Afro Caribeño y Cervantino de México, por mencionar algunos de la extensa lista donde ha flameado la bandera hondureña en tierras distantes.


El ballet reside en las oficinas del Centro de la Cultura Garinagu, ubicado al costado norte de la catedral metropolitana hondureña. Durante el recorrido, dicho lugar tiene una interesante biblioteca; un pequeño pero muy significativo museo que muestra la historia de la comunidad étnica, servicios artísticos, cursos de lengua garífuna, ritmos y bailes para el público en general; venta de artesanías, entre otros.

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